jueves, 13 de junio de 2013

MI QUERIDO VIEJO


Por: Glendobeth Gutiérrez Castrejón
 
Así como más de una ocasión hemos celebrado tener mucha madre y nos ha dolido cuando alguien nos dice que vayamos a fregarla, también hemos resaltado tener un buen padre, hay quienes los tienen biológicos, otros de crianza, otros adoptivos, pero eso sí, usted coincidirá querido lector que de todos los padres el más Grande es el Creador de todo lo habido y por haber.
 
Hace meses viajábamos en un coche algunos compañeros de trabajo, el trayecto era largo, vinieron las sugerencias de cantar, empezamos con algunas de amor y desamor, todos felices, quienes las sabían cantaban, quienes no, lo poquito que sabían, en tanto que otros meditaban la letra, de pronto vino una pausa y empezamos con una canción: “… se van perdiendo en el tiempo mis años…”
 
Poco tiempo pasó cuando alguien pidió no fuera cantada, el de la voz prosiguió y le volvieron a hacer la suplica dos veces más, el motivo verdadero, sólo quien expresó su desacuerdo lo supo, los demás respetamos su sentir, hicimos una pausa de sorpresa y continuamos con otro repertorio.
 
Que bella canción es esta: “…Mi querido viejo…” que nos traslada a varios años atrás, cuando éramos pequeños, cuando nos mirábamos al lado de papá, un hombre joven, vigoroso, firme, enérgico, pero de un corazón tal, que cuando nos preguntaban que deseábamos ser de grandes, siempre respondíamos: “De grande quiero ser como mi papá”.
 
Nuestro padre pudo haber sido un erudito o quizá alguien afecto a vivir en las cantinas, más siempre quisimos seguir sus pasos, no por su triunfo profesional o por sus vicios, sino más bien por los momentos en que sus abrazos, sus besos, sus caricias, sus travesuras, nos hicieron sentir lo máximo y que ahora de adultos nos brota una lagrima por aquellos ayeres tan marcados de una ternura, que en efecto decimos: “…Dios mío porque se nos va lo bueno…” y quisiéramos detener el tiempo y nos resistimos a que venga lo que algún día llegará.
 
Esto es así, como quisiéramos tener a nuestros seres queridos con nosotros todo el tiempo, dicen que ese era el plan original desde la Gran Creación, más Eva le hizo caso a la serpiente y los planes cambiaron, pero que bonita es la vida, que bella es la oportunidad de vivir un día más y con una mirada, una sonrisa, un beso, un abrazo, una caricia… sinceros, demostrarles a nuestros seres queridos lo que sentimos por ellos.
 
Todos nos iremos algún día de aquí, ¿Cuándo? No lo sé, pero mientras eso sucede, que cada quien decida como andar en el camino cuesta arriba, si disfruta a sus padres y si se esmera en ser un gran padre que cuando sus hijos sean adultos puedan decir: “Mi padre ha sido tan fuerte, tan inteligente…”
 
Donde quiera que esté mi padre biológico: Eusebio Gutiérrez Reyes, ojalá que Dios le tome en cuenta sus grandes obras y, en cuanto a mi padre de crianza: Apolinar Castrejón Ponce, gracias Señor por haberme puesto en buenas manos…
 
Papa Dios, felicidades en este y todos los días en que te llevas los galardones por tu infinita misericordia.
 
(Derechos reservados)

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