Por: Glendobeth Gutiérrez Castrejón*
Don
Arnulfo Abarca Quijano, fue mi primer patrón en el año de 1985, a mis 5 años de
edad, al andar de travieso en su Herrería y Balconería “La Negra”, me puso por
temporadas, atrás de los fuelles, para soplarle al bracero en donde: se
calentaban al rojo vivo las soleras de acero, que él transformaba en dibujos
para las puertas y ventanas; así como los machetes para templarlos en aceite de
coco…
En
1993 me convertí en su ahijado de bautizo, me obsequió una Biblia y al
siguiente año, me regaló una suscripción a la revista “Aguiluchos”, que recibí cada
mes por un año, en ella leí sobre el trabajo desarrollado por los misioneros combonianos
(https://misioneroscombonianos.com.mx/), en distintas partes
del mundo, en especial en el continente africano, donde muchos evangelizadores
han sido martirizados.
Con
frecuencia lo recuerdo y más cuando escucho o veo algo que tiene relación con
sus actividades, con lo que me compartió y con sus obras, en días recientes lo
tuve muy presente, pues un sacerdote oriundo de Chilpancingo de los Bravo, es precisamente
comboniano y tiene mucho de lo que mis padrinos Arnulfo y Fausta Castro Rodríguez,
me instruyeron cariñosamente en distintas charlas.
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Padre José de Jesús García. |
Se
trata del señor José de Jesús García, quien después de cursar filosofía y el
noviciado, hizo los estudios teológicos en San Pablo, Brasil, durante casi
5 años y recibió la ordenación sacerdotal en la colonia CNOP de Chilpancingo, hace
20 años, de manos del obispo Don Efrén Ramos Salazar, en ese entonces Don Alejo
Zavala Castro, era obispo de Tlapa de Comonfort.
García
estuvo en Cochoapa el Grande y Metlatónoc, durante 3 años aprendió de sus
lugareños el mixteco y su religiosidad, de ahí lo enviaron a Mozambique por 9
años, un país del sur de África, en el que aprendió portugués, posteriormente lo
movieron a Italia durante año y medio, a un curso de renovación y luego a España
en donde lleva 4 años y regresará al concluir sus vacaciones en su tierra.
Este
grato personaje, me recordó a mis padrinos, mi bautismo y su fundamento divino,
que se encuentra en Ef 4:1-6 (Carta a los Efesios, capítulo 4, versos del 1 al
6):
4 1Los invito pues, yo, “el preso de Cristo”, a vivir de acuerdo
con la vocación que han recibido. 2 Sean
humildes, amables, pacientes, y sopórtense unos a otros con amor.
3 Mantengan entre ustedes lazos de paz, y permanezcan unidos en
el mismo espíritu. 4 Uno
es el cuerpo y uno el espíritu, pues, al ser llamados por Dios, se dio a todos
la misma esperanza. 5 Uno
es el Señor, una la fe, uno el bautismo, 6 Uno es Dios, el
Padre de todos, que está por encima de todos, y que actúa por todos y está en
todos.
(La Biblia Latinoamérica)
No
recuerdo si mis padrinos hayan sido misioneros combonianos, como el sacerdote José
de Jesús García (https://tinyurl.com/n9u3tttp), pero alguna vez el presbítero
Don Jesús Paz García, me compartió que mi padrino, fue uno de los misioneros
que se iba a evangelizar, a los pueblos más alejados de Ayutla de los Libres,
Guerrero, y en cuanto a las obras de caridad, hizo muchas que se le recuerdan y
se le reconocen.
Dios
tenga en su reino a los finados, y proteja a estos sacerdotes, junto con otros de
sus correligionarios, que día con día ejercen su ministerio con amor al prójimo.
* https://linktr.ee/difusiones
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