Reflejos
Por: Glendobeth Gutiérrez Castrejón
En días pasados, la diputada Gladys Cortés Genchi, vicepresidenta de la Mesa Directiva, del Congreso de Guerrero, propuso se reformen los artículos 5 y 27 de la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Guerrero, para armonizarla con el artículo 2 de la Constitución Federal y desde luego, con los tratados internacionales en los que nuestro país forma parte.
Su propuesta, la planteó para qué en la norma estatal, se reconozca a las autoridades electas por sistemas de usos y costumbres, que ya funcionan en “Ayutla de los Libres” y “Ñuu Savi”, de la Costa Chica guerrerense, esta iniciativa además de ser pertinente, es necesaria para que el reconocimiento de la diversidad cultural, pase del discurso, al reconocimiento efectivo.
El citado artículo 2 Constitucional, reconoce a los pueblos, comunidades indígenas y también afromexicanas, autonomía para decidir sus formas de convivencia interna, organización social, económica, política y cultural. Mientras que los tratados internacionales, reafirman la libre determinación de los pueblos y obligan al gobierno mexicano, a respetar los sistemas normativos propios, de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
Parte de lo planteado por la legisladora, busca evitar contradicciones normativas y lagunas legales, con miras a evitar que se anulen, desconozcan o debiliten las decisiones comunitarias, por lo que la propuesta, no solamente es jurídica, sino también ética y política, porque reconoce la pluralidad de distintas formas de gobierno, que en los últimos años algunos guerrerenses han ido adoptando.
En estos tiempos en que algunos políticos se inclinan por el oportunismo, la promovente de la iniciativa, se ha inclinado por el reconocimiento legal de la dignidad colectiva, lo cual deja ver que está haciendo política con conciencia histórica y vocación de servicio.
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