viernes, 27 de octubre de 2023

POBRE ACAPULCO


Por: Glendobeth Gutiérrez Castrejón
 
Desde hace varios días atrás se sabía, que el 26 de Octubre de 2023, tanto la gobernadora de Guerrero, Evelyn Cecia Salgado Pineda, como la presidenta municipal de Chilpancingo de los Bravo, presentarían sus informes de gobierno, ambas en la capital guerrerense y desde luego en distintas sedes, y que además el 27 de Octubre de la misma anualidad, se desarrollaría el protocolo para festejar un aniversario más de la erección de la entidad federativa que lleva el apellido del bravo caudillo del sur, que resistió en las montañas con la convicción de que era necesario hacerlo, para consumar la Independencia Nacional.
 
Pero el Martes 24 del mes y año que nos ocupa, se informó que el informe de la gobernadora se pospondría para el Jueves 9 de Noviembre de 2023 y a quienes ya se había invitado para los festejos de la Erección del Estado de Guerrero, ya se les estaba avisando a medio día que el evento se pospondría para una nueva fecha, que en su oportunidad sería dada a conocer, o sea que el gobierno estatal ya visualizaba que el huracán podía ser desastroso.
 
Ante ello me comuniqué con mis hermanas, una de costa chica y otra de Acapulco, para saber que hacían, con la primera sin tanta preocupación, afortunadamente se encuentra con las otras hermanas en una zona relativamente segura, la segunda era la que me prestaba más alerta pues cuando fue el huracán Paulina, aquellas aguas lodosas la sorprendieron durante la madrugada, para mi tranquilidad se encontraba consciente sobre lo que podía suceder, tan es así que en unos minutos pasaría a una tienda de autoservicio para comprar la despensa, previendo un escenario adverso y me dijo: “mañana no pienso salir a la calle”, ella entendía que el huracán era categoría 5, pero muchas personas que estaban en Acapulco no sabían que significaba eso, ninguna autoridad se ocupó en hacérselos saber de manera adecuada ni de que lo entendieran a cabalidad.
 
A las 9:30 de la noche vi en algunas redes sociales un mensaje en que se pronosticaba que el huracán Otis entraría a Guerrero entre Acapulco y Tecpan de Galeana, a esa hora alcancé a reenviar la información a mis contactos acapulqueños, para ese momento en Chilpancingo ya estaba lloviendo de manera ligera pero continua, al poco rato me fui a dormir, el frio fue arrullador, al despertar del día siguiente la lluvia había cesado, tomé café para mitigar el frio que sentía y también me abrigué un poco, como a las 8:30 de la mañana mandé un mensaje a tres personas del puerto, pasó una hora y nadie contestó, revisé varios grupos de noticias de WhatsApp, estaban con poquísima actividad, después alguien de la capital me contactó, para preguntar si sabía algo de parientes en común, ninguno de los dos había logrado comunicarse con alguien de la costa grande, ni de la costa chica, ni de Acapulco.
 
Ya era Jueves 26 y sin saber nada de la familia, algunos parientes tenían ganas de ir al puerto para auxiliar a los suyos, pero ir a la aventura pues no, ya se sabia que el rio Papagayo había dejado incomunicada la autopista del sol y que en la costa chica, como en la sierra había tramos carreteros cortados por las corrientes de agua, así que si no se podía contactar a nadie por la línea telefónica convencional, ni por llamadas de celular, mensajes a través de las redes sociales, lo única opción era depositarles a los seres queridos algunos pesitos, para que en un momento dado cuando fueran a revisar saldo al cajero, si es que había modo de hacerlo, vieran había algo disponible.
 
Las primeras noticias del Jueves fueron sobre que durante la noche fue suspendido el servicio de energía eléctrica y posterior a ello, en medio de la penumbra durante las primeras horas del miércoles, empezaron los fuertes vientos que llegaron a superar los 300 kilómetros por hora y por ente rompieron con facilidad cristales, dejaron a las palmeras sin palapas, levantaron techos como hojas de papel, tumbaron árboles, voltearon tráileres, arrancaron puertas y ventanas, arrastraron coches, mientras varias personas buscaron refugio en los baños de los hoteles o de sus hogares.
 
Se habló de rapiña, de que tiendas de autoservicio fueron saqueadas, sin pretender justificar esta acción, algunos lo hicieron pensando en llevar los alimentos para quitarse el hambre del día y hasta de los siguientes porque ya tuvieron la experiencia con Paulina y saben que levantar escombros, reactivar la economía, recuperar empleos lleva su tiempo, y si este saqueo no tiene justificación porque afectan el funcionamiento de las empresas, algunas muy negreras por cierto, mucho menos justificable lo es que se hayan aprovechado de la ocasión para robar televisiones, lavadoras, sillas, mesas, cervezas...
 
El gobierno de la república, el del estado y el municipal tardaron en reaccionar, como si dejaran que cada quien tomara lo que pudiera porque ellos como gobierno no cumplirían con una de sus obligaciones, el gobierno ya sabia antes que concluyera el martes de que el huracán era de categoría 5, sería imperdonable de que solamente se hubiera preparado con picos y palas con gente que careciera de capacidad para actuar en tiempo y forma, a sabiendas de que Paulina a pesar de haber sido menos intenso provocó lamentables pérdidas humanas y materiales.
 
En 1997 estando el presidente Zedillo en una gira de trabajo por Alemania, decidió regresar a México de a volada, para con todo el poder del Estado Mexicano atender a los acapulqueños, era medio día cuando ya tenía la ropa y zapatos salpicados de lodo, mientras el senador Félix Salgado Macedonio, queriéndose lucir en los medios de comunicación, con sus prendas de vestir bien limpiecitas lo retó, el presidente le dijo palabras más, palabras menos, que desde las 7 de la mañana se encontraba trabajando y le preguntó al senador que había hecho a favor de los acapulqueños, Félix desapareció de la escena y nunca se le volvió a ver (https://bit.ly/45ZNDZM), hoy que la desgracia pega nuevamente a los acapulqueños, ellos quisieran ver a su ex alcalde y de nueva cuenta senador y padre de la gobernadora, pero no para tomarse la foto y darse la media vuelta después.  Quienes aquella vez cuestionaron a Zedillo, hoy es el tiempo de superarlo, no con palabrerias, ni con debates politiqueros, ni con fotos, ni con memes, sino con apoyo real para quienes enviudaron, para quienes perdieron padres, madres, hijos, primos, sobrinos, nietos, amigos, techos, paredes, viviendas completas, artículos de primera necesidad, sus animalitos del corral, sus esperanzas...
 
Que ya hay centros de acopio en donde se reciben despensas y artículos de primera necesidad, está bien, hay gente de muy buen corazón, pero que onda con el gobierno federal, el del estado, el municipal, ¿acaso solamente van a poner el transporte y mover algunos escombros en Acapulco?, es cierto que van a tener que meter maquinaria pesada, bueno eso se ha esperado desde el primer día, pues con anticipación sabían que estaría difícil la situación, pero la gente necesita comer, vestir, calzar, comunicarse, que les atiendan tanto las infecciones que están aflorando como las enfermedades crónico degenerativas y para que se levante el pueblo de un día para otro estará difícil y mucho más si los tres niveles de gobierno en lugar de trabajar de manera eficaz y eficiente, lo hacen a la ocurrencia o al chiripazo.
 
Acapulco está de la jodida, muchas de las imágenes que circulan son de la zona costera, pero también está el Acapulco de más adentro, el de La Laja, el de Rena, la Zapata, Vacacional, la zona rural donde las niñas se quedaron sin su muñeca de trapo, donde los niños perdieron su lata con la que improvisaban su tambor, el Acapulco que supera en masa y en votos a la franja turística, los que no tienen ni bicicleta para moverse a un pueblo menos afectado, pregunten a la gente proveniente de Acapulco que está en los hoteles de Chilpancingo del porque a más de 5 días de la desgracia no regresan a su lugar de origen y como estos hoteles se llenaron, varios agarraron camino para iguala, Morelos, Puebla…
 
Las cifras oficiales son unas, pero el pueblo de a pie que ha caminado solito en los últimos días, sin escolta y que ha vivido esta desgracia, tiene otras cifras, otros datos, respecto a muertos y a desaparecidos, respecto a su sufrimiento.  Los funcionarios de primer nivel que los periodistas valientes y objetivos balconean una y otra vez, tienen la despensa bien surtidita, su chef particular escondido, quienes les tiendan la cama, quienes les laven y planchen, quincena segura, gastos de representación, pero en estos momentos, muchos de los que fueron azotados por huracán, perdónenme la expresión, no tienen ni madres y quienes se atreven a decir lo contrario, sea quien sea, no tiene madre.
 
Abusadas Auditoria Superior de la Federación, Auditoria Superior del Estado de Guerrero, Secretaria de Contraloría y Transparencia Gubernamental Estatal y otras instancias, cuando les toque revisar documentación e información, no les vayan a meter gato por liebre, con documentación e información que en los hechos no corresponda a erogaciones reales, pues hasta donde se sabe, muchas de las despensas y artículos de primera necesidad que están llegando al puerto, corresponden a lo que gente del pueblo y de buen corazón ha estado aportado para la gente en desgracia, y esto no debe facturarse ni comprobarse como erogaciones hechas por ninguno de los tres niveles de gobierno, porque no faltará quien desee aprovechar la desgracia para desviar miles o millones para incrementar su riqueza mundana, señores funcionarios ya vieron el temblor, arrodíllense, de lo contrario todo lo que desvíen les caerá como oro derretido en la rabadilla en los requeteapretadisimos infiernos.
 
Muchos de los que están en desgracia, están encabronados, por el abandono que sienten del gobierno que eligieron y que ya les falló, hace unos días su hija de doña María estaba tronándose los dedos, pensando que la insulina que diariamente necesita su progenitora ya se había descompuesto cuando dejó de funcionar el refri, si fuera madre del presidente, de los senadores, de los diputados, la gobernadora, quizá la habrían llevado a un hospital privado para darle atención especial, pero pues no, es gente pobre, gente del pueblo, que en los hechos al gobierno no le importa si se la lleva el carajo, pero ella ya trabajó día tras día para Acapulco, para Guerrero, para México, merece trato digno, pero nadie la fue a ver al cerro donde vive, su hija de Chilpancingo carece de los medios para ir en su búsqueda y ni esperanza de que algún medico la viera, pues unos paramédicos que andaban en la costera ni siquiera llevaban algodón ni alcohol para atender a la gente con lo básico, al gobierno se le ha hecho bola el engrudo, no ha sabido mover sus aviones, helicópteros, sus naves en altamar, para atender primero a los pobres.
 
No faltará quien quiera defender a la presidenta municipal, a la gobernadora, al presidente de la república y más si son sus lambiscones, con argumentos de que el problema es grande, pero caray, ellos no trabajan solos, tienen un gabinete que cobra un salario y hasta gastos de representación, no por chulos ni chulas, ni porque estuvieron en sus campañas políticas, tienen que devengar su salario para razonar, no creo que estén en sus puestos para solamente darle por su lado a sus jefes, si es así entonces son unos inútiles y sus jefes no tienen nada de extraordinario, porque si lo tuvieran se rodearían de gente que razona, que les dice lo que realmente piensa aunque no les guste, todo en aras de innovar, pero tal pareciera que este lamentable suceso sacó a relucir mucho de la torpeza de los tres niveles de gobierno.
 
Paulina vino hace varios años y tal pareciera que no se aprendió mucho, Otis acaba de venir y por el cambio climático no nos extrañe que en cualquier chico rato, otro huracán nos pueda sorprender en cualquier época del año, nunca ha sucedido dirá alguien, ese alguien que no ve a futuro, que no piensa, que no razona frente al nuevo escenario mundial, ese alguien que es una réplica de lo mucho que para nuestro mal tenemos en el gobierno, pero si sucede lo que digo dirán con su cara babieca: “yo no sabía que sucedería” y se querrán justificar mientras las mismas personas que ya han sufrido vuelven a sufrir, ya en buena onda aparatos gubernamentales, usen su cerebro, además de procurar la medicina correctiva también apliquen la preventiva, nosotros no fuimos a sus casas a pedirles nos representaran, fueron ustedes los habladores que dijeron ser algo así como los hermanos dinamita y resultaron ser chafitas, que se vea pues, honren a don Vicente a Morelos a Hidalgo ¿o seguiremos diciendo: pobre Acapulco, pobre Guerrero, pobre México?

(Derechos reservados)

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